DESARROLLO FISICO Y MOTRIZ
Va adquiriendo progresivamente un mayor dominio de su cuerpo, primero la motricidad gruesa y luego la fina. Las principales características en cuanto a su desarrollo físico son:
-Aumenta su talla entre unos 6-8 cm. por año
-El peso también aumenta considerablemente
-La cabeza crece a un ritmo mas lento que el tronco y las extremidades.
-Completa la dentición
-Controla esfínteres.
-El cuerpo es funcionalmente asimétrico con un lado dominante
A los 3 años la denominada -crisis del desarrollo- da lugar a una "autonomía" en el niño que antes no existía. La dependencia del adulto disminuye, lo que no significa que el niño necesite de este. Los niños comienzan a incorporar nuevas formas de movimiento y los expresan con mayor independencia, pero como algunos de estos movimientos no están totalmente logrados (subir y bajar escalones, saltar desde pequeñas alturas, caminar por planos elevados), el adulto interviene y en muchos casos con exceso de directividad, limitando las posibilidades del niño. Este echo muchas veces trae como resultado conflictos con el pequeño, agudizando más la crisis del desarrollo mencionada. En este sentido debemos procurar brindar al niño nuestra confianza y proporcionarle la mayor seguridad posible en los lugares y objetos donde actúa, sin limitar o interrumpir de forma brusca sus movimientos. Podemos ofrecerle a los pequeños diferentes niveles de ayuda cuando lo requieran, y preferentemente incorporarnos a sus tareas y juegos, no para darles todo el tiempo la respuesta o solución a las mismas, sino estimulándoles ejecuciones con esfuerzo propio y brindándoles la suficiente motivación. La capacidad de desplazamientos que tiene el niño de este grupo de edad es una adquisición que aumenta el desarrollo de la orientación. Ejemplo: caminar apoyando pies y manos (como el perro), hacía adelante, hacía atrás, a un lado y el otro, Saltar con las dos piernas: como la pelota, hacía arriba, hacía adelante.
Algunas características en cuanto a sus movimientos:
En este grupo de edad comienzan ciertas manifestaciones de acciones cooperativas entre un niño y otro, en ocasiones comparten sus juguetes y realizan algunas acciones en pequeños grupos: lanzar o rodar la pelota en parejas, caminar en grupos pequeños dados de las manos, girar en parejas, hacer rondas jugando en círculos, etc.
La motricidad del niño, en el período de tres a cuatro años, evoluciona como sigue: se desplazan caminando, corriendo y saltando en diferentes direcciones. El desarrollo de la orientación espacial mayormente lo demuestran al lanzar de diferentes formas y hacia diferentes puntos de referencia.
En este grupo ya comienzan a atrapar con las dos manos la pelota que le lanzan rodando y también hacen intentos por capturar la pelota que le lanzan a corta distancia aunque lo realizan con ayuda de todo el pecho.
La acción de rodar la pelota se ejecuta en este grupo con mejor dirección no sólo por el piso, sino también por encima de bancos. Los lanzamientos se realizan con mayor variedad e inician el golpeo de la pelota con un pie.
En este grupo la carrera la realizan combinadamente: corren y caminan, corren y golpean o lanzan objetos; y también cambian la dirección de la carrera al bordear objetos colocados en el piso, si estos se encuentran separados unos de otros.
Además de subir y bajar la escalera con mejor coordinación y continuidad en los movimientos, comienzan a realizar la trepa a un plano vertical (cuerdas con nudos). Esta trepa la ejecutan con el cambio de agarre de las manos sin lograr todavía el desplazamiento de las piernas.
La reptación la realizan por el piso con movimientos alternos de brazos y piernas, pero aun sin buena coordinación y también la ejecutan por bancos donde se sostienen de sus bordes y con una ligera flexión de los brazos, desplazan todo el cuerpo, arrastrándose por el banco. Ejecutan la cuadrupedia en cuatro puntos de apoyo (pies y manos) por arriba de bancos y muros pero sin un movimiento continuo, por lo que se ejecuta descoordinadamente. Cuando realizan esta acción por las tablas inclinadas o a nivel del piso, recurren nuevamente al movimiento antecesor de gateo.
Caminan por tablas en el piso no solo hacia adelante sino también hacia atrás y por arriba de bancos y muros; al final de estos saltan hacia abajo. La mayoría de los niños cuando saltan de esta forma, caen con poca estabilidad y se observan las piernas extendidas en la caída. También saltan desde el piso, a caer sobre un obstáculo a pequeña altura y pasan saltando, objetos de 25 cm. (aproximadamente) de altura, colocados en el piso.
-Aumenta su talla entre unos 6-8 cm. por año
-El peso también aumenta considerablemente
-La cabeza crece a un ritmo mas lento que el tronco y las extremidades.
-Completa la dentición
-Controla esfínteres.
-El cuerpo es funcionalmente asimétrico con un lado dominante
A los 3 años la denominada -crisis del desarrollo- da lugar a una "autonomía" en el niño que antes no existía. La dependencia del adulto disminuye, lo que no significa que el niño necesite de este. Los niños comienzan a incorporar nuevas formas de movimiento y los expresan con mayor independencia, pero como algunos de estos movimientos no están totalmente logrados (subir y bajar escalones, saltar desde pequeñas alturas, caminar por planos elevados), el adulto interviene y en muchos casos con exceso de directividad, limitando las posibilidades del niño. Este echo muchas veces trae como resultado conflictos con el pequeño, agudizando más la crisis del desarrollo mencionada. En este sentido debemos procurar brindar al niño nuestra confianza y proporcionarle la mayor seguridad posible en los lugares y objetos donde actúa, sin limitar o interrumpir de forma brusca sus movimientos. Podemos ofrecerle a los pequeños diferentes niveles de ayuda cuando lo requieran, y preferentemente incorporarnos a sus tareas y juegos, no para darles todo el tiempo la respuesta o solución a las mismas, sino estimulándoles ejecuciones con esfuerzo propio y brindándoles la suficiente motivación. La capacidad de desplazamientos que tiene el niño de este grupo de edad es una adquisición que aumenta el desarrollo de la orientación. Ejemplo: caminar apoyando pies y manos (como el perro), hacía adelante, hacía atrás, a un lado y el otro, Saltar con las dos piernas: como la pelota, hacía arriba, hacía adelante.
Algunas características en cuanto a sus movimientos:
En este grupo de edad comienzan ciertas manifestaciones de acciones cooperativas entre un niño y otro, en ocasiones comparten sus juguetes y realizan algunas acciones en pequeños grupos: lanzar o rodar la pelota en parejas, caminar en grupos pequeños dados de las manos, girar en parejas, hacer rondas jugando en círculos, etc.
La motricidad del niño, en el período de tres a cuatro años, evoluciona como sigue: se desplazan caminando, corriendo y saltando en diferentes direcciones. El desarrollo de la orientación espacial mayormente lo demuestran al lanzar de diferentes formas y hacia diferentes puntos de referencia.
En este grupo ya comienzan a atrapar con las dos manos la pelota que le lanzan rodando y también hacen intentos por capturar la pelota que le lanzan a corta distancia aunque lo realizan con ayuda de todo el pecho.
La acción de rodar la pelota se ejecuta en este grupo con mejor dirección no sólo por el piso, sino también por encima de bancos. Los lanzamientos se realizan con mayor variedad e inician el golpeo de la pelota con un pie.
En este grupo la carrera la realizan combinadamente: corren y caminan, corren y golpean o lanzan objetos; y también cambian la dirección de la carrera al bordear objetos colocados en el piso, si estos se encuentran separados unos de otros.
Además de subir y bajar la escalera con mejor coordinación y continuidad en los movimientos, comienzan a realizar la trepa a un plano vertical (cuerdas con nudos). Esta trepa la ejecutan con el cambio de agarre de las manos sin lograr todavía el desplazamiento de las piernas.
La reptación la realizan por el piso con movimientos alternos de brazos y piernas, pero aun sin buena coordinación y también la ejecutan por bancos donde se sostienen de sus bordes y con una ligera flexión de los brazos, desplazan todo el cuerpo, arrastrándose por el banco. Ejecutan la cuadrupedia en cuatro puntos de apoyo (pies y manos) por arriba de bancos y muros pero sin un movimiento continuo, por lo que se ejecuta descoordinadamente. Cuando realizan esta acción por las tablas inclinadas o a nivel del piso, recurren nuevamente al movimiento antecesor de gateo.
Caminan por tablas en el piso no solo hacia adelante sino también hacia atrás y por arriba de bancos y muros; al final de estos saltan hacia abajo. La mayoría de los niños cuando saltan de esta forma, caen con poca estabilidad y se observan las piernas extendidas en la caída. También saltan desde el piso, a caer sobre un obstáculo a pequeña altura y pasan saltando, objetos de 25 cm. (aproximadamente) de altura, colocados en el piso.
EVOLUCION DEL LENGUAJE
Durante el tercer año de vida el lenguaje crece de forma vertiginosa.
- El vocabulario pasa de unas cuantas palabras a varios cientos.
- Las frases se hacen más largas y complicadas.
- Se incluyen preposiciones en las frases.
- Aparecen el género y el número en las palabras.
- Aparecen los artículos.
Durante el tercer año, aunque con diferencias individuales,. se adquieren las reglas de sintaxis, es decir se ordenan y se enlazan las palabras para formar oraciones y se unen estas entre sí.
Hacen regulares algunas formas de los verbos que son irregulares. Seguramente son formas que nunca han oído de labios de los adultos y no lo pueden imitar y ellos mismos recurriendo a ciertas reglas aprendidas las aplican y resultan estas formas que nos resultan graciosas: Estas formas desaparecen poco a poco al escuchar modelos correctos.
De los 3 a los 4 años " clasifica objetos como por ejemplo, alimentos, ropas, etc.
" identifica colores
" utiliza la mayoría de los sonidos del habla pero puede distorsionar algunos de los más difíciles, como por ejemplo, l, r, s, ch, y, v, z; es posible que estos sonidos no se controlen completamente hasta alcanzar los 7 u 8 años de edad
" utiliza consonantes al principio, en el medio y al final de las palabras; puede distorsionar algunas de las de pronunciación más difícil, pero intenta decirlas
" los desconocidos entienden mucho de lo que el niño dice
" puede describir el uso de objetos como por ejemplo, "tenedor", "automóvil", etc.
" se divierte con el lenguaje, disfruta los poemas y reconoce cuando se le dice algo absurdo como por ejemplo, "¿Tienes un elefante en la cabeza?"
" expresa sus ideas y sentimientos en vez de simplemente hablar sobre el mundo que le rodea
" utiliza formas verbales compuestas (con "ando" y "endo"), como por ejemplo, "caminando" y "corriendo"
" responde a preguntas simples como por ejemplo, "¿Qué haces cuando tienes hambre?"
" repite oraciones
LENGUAJE EGOCÉNTRICO:
Se caracteriza porque el niño no se ocupa de saber a quién habla ni si es escuchado. Es egocéntrico, porque el niño habla más que de sí mismo, pero sobre todo porque no trata de ponerse en el punta de vista de su interlocutor. El niño sólo le pide un interés aparente, aunque se haga evidente la ilusión de que es oído y comprendido.
1. Repetición o Ecolalia: el niño repite sílabas o palabras que ha escuchado aunque no tengan gran sentido para él, las repite por el placer de hablar, sin preocuparse por dirigirlas a alguien. Desde el punto de vista social, la imitación parece ser una confusión entre el yo y el no-yo, de tal manera que el niño se identifica con el objeto imitado, sin saber que está imitando; se repite creyendo que se expresa una idea propia.
2. El monólogo: el niño habla para sí, como si pensase en voz alta. No se dirige a nadie, por lo que estas palabras carecen de función social y sólo sirven para acompañar o reemplazar la acción. La palabra para el niño está mucho más ligada a la acción que en el adulto. De aquí se desprenden dos consecuencias importantes: primero, el niño está obligado a hablar mientras actúa, incluso cuando está sólo, para acompañar su acción; segundo, el niño puede utilizar la palabra para producir lo que la acción no puede realizar por sí misma, creando una realidad con la palabra (fabulación) o actuando por la palabra, sin contacto con las personas ni con las cosas (lenguaje mágico).
3. Monólogo en pareja o colectivo: cada niño asocia al otro su acción o a su pensamiento momentáneo, pero sin preocuparse por ser oído o comprendido realmente. El punto de vista del interlocutor es irrelevante; el interlocutor sólo funciona como incitante, ya que se suma al placer de hablar por hablar el de monologar ante otros. Se supone que en el monólogo colectivo todo el mundo escucha, pero las frases dichas son sólo expresiones en voz alta del pensamiento de los integrantes del grupo, sin ambiciones de intentar comunicar nada a nadie.
De 3 a 4 años " Agrupa objetos como alimentos, ropas, etc.
" Identifica colores.
" Utiliza la mayoría de los sonidos del habla pero puede distorsionar algunos de los sonidos más difíciles, como l, r, s, ch, y, v, z; estos sonidos puede que no se controlen completamente hasta la edad de 7 u 8 años.
" Utiliza consonantes al principio, en el medio y al final de las palabras; puede distorsionar algunas de las consonantes más difíciles, pero intenta decirlas.
" Los desconocidos entienden mucho de lo que el niño dice.
" Puede describir el uso de objetos como "tenedor", "carro", etc.
" Se divierte con el lenguaje: disfruta los poemas y reconoce los absurdos del lenguaje como "¿Tienes un elefante en la cabeza?"
" Expresa ideas y sentimientos más que simplemente hablar sobre el mundo que le rodea.
" Utiliza verbos que terminan en "ando" y "iendo", como "caminando" y "corriendo".
" Responde a preguntas simples, como "¿Qué haces cuando tienes hambre?"
" Repite frases.
EXPRESIÓN PLÁSTICA
Esta área comprende las edades de 3 y 4 años ya que ambas comparten características muy similares.
Fase inicial. (también llamada preesquemática)
-Se inicia entre los tres o los cuatro años, y se supera alrededor de los cinco o cinco años y medio.
-Aparecen representaciones comprensibles para el adulto.
-La primera representación que aparece , en Gral. es la figura humana en forma de renacuajo.
-Paulatinamente aparecen objetos de interés para el niño.
-Cambia muy a menudo la forma de representar un mismo objeto.
-El niño se concentra en representar las formas, el color tiene un interés secundario.
-Coexisten objetos reconocibles con formas incomprensibles (garabatos).
-Esporádicamente pueden aparecer transparencias.
-En tercera dimensión modela objetos reconocibles.
El dibujo permite la representación en el plano.
Es un conjunto de trazos cuya ejecución está determinada
por la intención de representar algo de la realidad se
atenga o no al parecido. Los niños de 3 años se
encuentran el la etapa de "realismo fortuito". Los niños
hacen movimientos con el lápiz por simple placer motriz,
pueden descubrir por casualidad que sus trazos se
parecen a algo y por lo tanto trata de repetir ese algo,
entonces aparece la intencionalidad. La etapa siguiente
llamada "realismo frustrado y fallido" comienza recién a
los 3 y medio años, por lo tanto comienzan recién a
tener una intencionalidad de representar algo, pero se
encuentran con 2 obstáculos que le impiden que su
representación sea igual a la realidad, uno es de orden
físico y el otro de orden psíquico.
El niño descubre que hay una vinculación entre su
movimiento y los trazos que ejecuta sobre el papel,,
otro logro es que se expresa verbalmente mientras
realiza sus trabajos, llena toda la página con
garabateos elaborados y ya está capacitado para
descubrir en alguna ocasión, cierta relación entre lo
que ha dibujado y objetos o seres del ambiente que lo
rodea, rellena alguna de las formas dibujadas.
PERFIL SOCIAL Y AFECTIVO
Los niños a los 3 años se miran, tocan y buscan, son tremendamente curiosos. Los niños fantasean y buscan explicar fantasiosamente aspectos de la realidad. En relación a los sentimientos existen dos tipos uno es el del propio poder donde el niño siente deseos de poseer objetos y personas. Adquiere un saber afectivo, de lo que puede y no puede hacer y también de su valor personal a través de la relación que establece con los demás, en el experimentar la aprobación, la admiración y el castigo. El otro tipo de sentimiento es el de inferioridad, el niño es muy sensible a las reacciones que tienen los adultos, se puede sentir muy orgulloso o muy avergonzado si lo retan, en esta etapa está consiente de que debe hacer muchas cosas que no entiende, que es dependiente de los mayores.
Los sentimientos son más duraderos y diferenciados y se centran en las relaciones familiares. Quieren mucho a los padres y les expresan su afecto con exageraciones, tienen celos y envidia de sus hermanos y se alegran cuando son castigados.
Otro punto que se debe tener en cuenta es la formación del yo, el niño se convierte en objeto de vivencias, se vuelve consciente de sí en su encuentro con el mundo y en su actividad en él. Aun el niño en esta edad no tiene conciencia de identidad y de simplicidad no reflexiona sobre su yo. El niño experimenta frente a las cosas su propio poder y su impotencia, por este medio encuentra paulatinamente el camino para llegar a su yo. El yo social se desarrolla con otras personas y es portadora de sentimientos de simpatía y antipatía. El yo activo se desarrolla a partir de la relación con los objetos y se verifica en forma de juego, por tal razón el yo lúdico es la forma más importante del yo activo en esta etapa. El yo social se desarrolla con otras personas y es portadora de sentimientos de simpatía y antipatía. El yo activo se desarrolla a partir de la relación con los objetos y se verifica en forma de juego, por tal razón el yo lúdico es la forma más importante del yo activo en esta etapa. Cuando describen a las personas que conocen, las caracterizan sobre la base de rasgos externos tales como los atributos corporales, sus bienes o su familia y, más raramente sobre la base de sus rasgos psicológicos o disposiciones personales. Sus inferencias acerca de los sentimientos, pensamientos, intenciones o rasgos personales de otros tienen aún un carácter global, poco preciso y poco afinado En lo concerniente a disciplina obediencia se da la etapa de Piaget llamada "del egocentrismo", que se refiere a una actitud cambiante en relación a las reglas que rigen el comportamiento. Las reglas cambian de acuerdo a las necesidades, deseos, intereses del niño. El niño imita a los adultos, pero sin conciencia, reproduce los movimientos, las conductas, ideas de otros, pero sin darse cuenta de lo que hace. El niño confunde el "yo" y el "no yo", no distingue entre el otro y la actividad de sí mismo. El niño puede tomar dos actitudes una es "conformista", es decir, reglas impuestas por los adultos actúa como si fuesen voluntad de él mismo, aún cuando sea voluntad de otro. El niño se conforma con lo que le dicen los adultos porque ellos son los que ponen las reglas. Otra actitud es la "inconformista", es decir, resiste a la voluntad del otro. En lo referente a autoestima - concepto de sí se puede decir que los niños de esta edad tienen que enriquecer la primera imagen de sí mismo con características y atributos que sirvan para definirse a uno mismo como persona con entidad y características propias diferenciadas de los demás. En lo que concierne a identificación sexual para los niños es masculino aquello que presenta determinados rasgos externos masculinos y es femenino lo que presenta los rasgos correspondientes femeninos.
Los sentimientos son más duraderos y diferenciados y se centran en las relaciones familiares. Quieren mucho a los padres y les expresan su afecto con exageraciones, tienen celos y envidia de sus hermanos y se alegran cuando son castigados.
Otro punto que se debe tener en cuenta es la formación del yo, el niño se convierte en objeto de vivencias, se vuelve consciente de sí en su encuentro con el mundo y en su actividad en él. Aun el niño en esta edad no tiene conciencia de identidad y de simplicidad no reflexiona sobre su yo. El niño experimenta frente a las cosas su propio poder y su impotencia, por este medio encuentra paulatinamente el camino para llegar a su yo. El yo social se desarrolla con otras personas y es portadora de sentimientos de simpatía y antipatía. El yo activo se desarrolla a partir de la relación con los objetos y se verifica en forma de juego, por tal razón el yo lúdico es la forma más importante del yo activo en esta etapa. El yo social se desarrolla con otras personas y es portadora de sentimientos de simpatía y antipatía. El yo activo se desarrolla a partir de la relación con los objetos y se verifica en forma de juego, por tal razón el yo lúdico es la forma más importante del yo activo en esta etapa. Cuando describen a las personas que conocen, las caracterizan sobre la base de rasgos externos tales como los atributos corporales, sus bienes o su familia y, más raramente sobre la base de sus rasgos psicológicos o disposiciones personales. Sus inferencias acerca de los sentimientos, pensamientos, intenciones o rasgos personales de otros tienen aún un carácter global, poco preciso y poco afinado En lo concerniente a disciplina obediencia se da la etapa de Piaget llamada "del egocentrismo", que se refiere a una actitud cambiante en relación a las reglas que rigen el comportamiento. Las reglas cambian de acuerdo a las necesidades, deseos, intereses del niño. El niño imita a los adultos, pero sin conciencia, reproduce los movimientos, las conductas, ideas de otros, pero sin darse cuenta de lo que hace. El niño confunde el "yo" y el "no yo", no distingue entre el otro y la actividad de sí mismo. El niño puede tomar dos actitudes una es "conformista", es decir, reglas impuestas por los adultos actúa como si fuesen voluntad de él mismo, aún cuando sea voluntad de otro. El niño se conforma con lo que le dicen los adultos porque ellos son los que ponen las reglas. Otra actitud es la "inconformista", es decir, resiste a la voluntad del otro. En lo referente a autoestima - concepto de sí se puede decir que los niños de esta edad tienen que enriquecer la primera imagen de sí mismo con características y atributos que sirvan para definirse a uno mismo como persona con entidad y características propias diferenciadas de los demás. En lo que concierne a identificación sexual para los niños es masculino aquello que presenta determinados rasgos externos masculinos y es femenino lo que presenta los rasgos correspondientes femeninos.
EL JUEGO
El tipo de juego característico del niño de tres años es el juego simbólico o juego de ficción ("hacer como si"). Se trata de una de las cinco conductas que caracterizan la aparición de la función de representación, aproximadamente en la mitad del segundo año de vida (las restantes son: la imagen mental, la imitación diferida, el lenguaje y el dibujo).
El juego simbólico depende de la posibilidad de sustituir y representar una situación vívida en otra supuesta. Por ejemplo, hacer "como si" comiera, pero utilizando un palito. Constituye una asimilación deformante de la realidad, a diferencia de la representación adaptada, que supone un equilibrio entre asimilación y acomodación.
En efecto, el niño se ve continuamente obligado a adaptarse al mundo social de los adultos y a un mundo físico que todavía no comprende bien. Por consiguiente, no llega a satisfacer las necesidades afectivas e intelectuales de su yo en esas adaptaciones, como lo hace el adulto. Resulta indispensable, entonces, para su equilibrio emocional, contar con un tipo de actividad cuyo objeto no sea la adaptación a lo real sino, por el contrario, la asimilación de lo real al yo.
Esta función la cumple el juego simbólico, que transforma lo real, por asimilación casi pura, a las necesidades del yo.
En los primeros juegos simbólicos puede observarse que el niño_
- ejerce simbólicamente sus acciones habituales (por ejemplo, hacer "como si" tomara la sopa. etc.)
- atribuye a los otros y a las cosas esos mismos esquemas de conducta (por ejemplo, "hacer dormir" a su osito, "hacer pasear" a su muñeca, etc.)
Más tarde, aplica en forma simbólica esquemas que no pertenecen a la acción propia, sino que han sido tomados por imitación de otros modelos (el papá, la mamá, la maestra, etc.). Por ejemplo, hace "como si" arreglara el auto, se pintara los labios, hablara por teléfono.
El niño practica esos juegos por el placer de ejercer sus poderes y revivir sus experiencias. Son un modelo de expresión y afirmación del yo.
A veces, pueden tener el carácter de compensación, cuando se quiere corregir la realidad. Por ejemplo, un niño tiene prohibido comer chocolate porque le hace mal; entonces le dice a su muñeca que no coma, que podrá enfermarse.
El juego también puede convertirse en "catarsis", una forma de reaccionar contra el miedo que una situación le provoca. Por ejemplo, tiene temor de acercarse a un perro, entonces juega a que lo acaricia, que lo lleva a pasear, etc.
Los juegos simbólicos que practican espontáneamente los niños de 3 años al comenzar el año tienen las siguientes características:
1- Se realizan en forma individual (juego solitario) o al lado del otro pero sin interacción (juego paralelo).
2- No hay juego organizado ni socializado (cada uno actúa separadamente, como en un "monólogo colectivo")
3- Cada uno utiliza su propio símbolo (cada uno representa las cosas de la realidad con símbolos distintos).
4- Los roles son casi siempre los mismos (todos son "mamás" o "papás", etc.).
5- No hay coherencia, orden ni sucesión lógica y secuencias de las acciones.
6- No existe intencionalidad (actúa por la satisfacción de jugar, sin interesarse por el resultado).
A medida que el niño se desarrolla, el juego simbólico va evolucionando en forma natural y paulatina, favorecido por los procesos de su pensamiento, que va superando el egocentrismo, y por su mayor nivel de socialización. Alrededor de los cuatro años, el juego simbólico adopta las siguientes notas distintivas:
1- Los niños comienzan a aceptar el simbolismo del otro y comparten esa ficción.
2- Paulatinamente, se va registrando una tendencia a la objetivación de los símbolos (necesidad de una imitación cada vez más cercana a la realidad).
3- Los roles se hacen más variados. El juego se torna más socializado, comienza la interacción.
4- Se observa mayor orden y coherencia.
5- El sentido del juego no se agota en el simple placer: existe ya cierta intencionalidad, en relación a un motivo de juego propuesto.
Dada la importancia del juego en la vida del niño, es preciso que el maestro lo favorezca. Al respecto, es particularmente efectiva la influencia de su estímulo en el perfeccionamiento del simbolismo del niño, cuando éste orienta y organiza su juego, favoreciendo la coherencia y estructuración. En este sentido, el maestro utilizará el Juego Centralizador y más adelante el Juego Trabajo con sus niños.
El juego simbólico depende de la posibilidad de sustituir y representar una situación vívida en otra supuesta. Por ejemplo, hacer "como si" comiera, pero utilizando un palito. Constituye una asimilación deformante de la realidad, a diferencia de la representación adaptada, que supone un equilibrio entre asimilación y acomodación.
En efecto, el niño se ve continuamente obligado a adaptarse al mundo social de los adultos y a un mundo físico que todavía no comprende bien. Por consiguiente, no llega a satisfacer las necesidades afectivas e intelectuales de su yo en esas adaptaciones, como lo hace el adulto. Resulta indispensable, entonces, para su equilibrio emocional, contar con un tipo de actividad cuyo objeto no sea la adaptación a lo real sino, por el contrario, la asimilación de lo real al yo.
Esta función la cumple el juego simbólico, que transforma lo real, por asimilación casi pura, a las necesidades del yo.
En los primeros juegos simbólicos puede observarse que el niño_
- ejerce simbólicamente sus acciones habituales (por ejemplo, hacer "como si" tomara la sopa. etc.)
- atribuye a los otros y a las cosas esos mismos esquemas de conducta (por ejemplo, "hacer dormir" a su osito, "hacer pasear" a su muñeca, etc.)
Más tarde, aplica en forma simbólica esquemas que no pertenecen a la acción propia, sino que han sido tomados por imitación de otros modelos (el papá, la mamá, la maestra, etc.). Por ejemplo, hace "como si" arreglara el auto, se pintara los labios, hablara por teléfono.
El niño practica esos juegos por el placer de ejercer sus poderes y revivir sus experiencias. Son un modelo de expresión y afirmación del yo.
A veces, pueden tener el carácter de compensación, cuando se quiere corregir la realidad. Por ejemplo, un niño tiene prohibido comer chocolate porque le hace mal; entonces le dice a su muñeca que no coma, que podrá enfermarse.
El juego también puede convertirse en "catarsis", una forma de reaccionar contra el miedo que una situación le provoca. Por ejemplo, tiene temor de acercarse a un perro, entonces juega a que lo acaricia, que lo lleva a pasear, etc.
Los juegos simbólicos que practican espontáneamente los niños de 3 años al comenzar el año tienen las siguientes características:
1- Se realizan en forma individual (juego solitario) o al lado del otro pero sin interacción (juego paralelo).
2- No hay juego organizado ni socializado (cada uno actúa separadamente, como en un "monólogo colectivo")
3- Cada uno utiliza su propio símbolo (cada uno representa las cosas de la realidad con símbolos distintos).
4- Los roles son casi siempre los mismos (todos son "mamás" o "papás", etc.).
5- No hay coherencia, orden ni sucesión lógica y secuencias de las acciones.
6- No existe intencionalidad (actúa por la satisfacción de jugar, sin interesarse por el resultado).
A medida que el niño se desarrolla, el juego simbólico va evolucionando en forma natural y paulatina, favorecido por los procesos de su pensamiento, que va superando el egocentrismo, y por su mayor nivel de socialización. Alrededor de los cuatro años, el juego simbólico adopta las siguientes notas distintivas:
1- Los niños comienzan a aceptar el simbolismo del otro y comparten esa ficción.
2- Paulatinamente, se va registrando una tendencia a la objetivación de los símbolos (necesidad de una imitación cada vez más cercana a la realidad).
3- Los roles se hacen más variados. El juego se torna más socializado, comienza la interacción.
4- Se observa mayor orden y coherencia.
5- El sentido del juego no se agota en el simple placer: existe ya cierta intencionalidad, en relación a un motivo de juego propuesto.
Dada la importancia del juego en la vida del niño, es preciso que el maestro lo favorezca. Al respecto, es particularmente efectiva la influencia de su estímulo en el perfeccionamiento del simbolismo del niño, cuando éste orienta y organiza su juego, favoreciendo la coherencia y estructuración. En este sentido, el maestro utilizará el Juego Centralizador y más adelante el Juego Trabajo con sus niños.
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